EL RIESGO DE AMARTE

Allí estaba boca arriba mirando las nubes pasar despacio en el cielo, tendida sin poder moverme, con dudas de cuanto estaba roto afuera, segura que todo estaba roto adentro. Dirigí la vista siguiendo el camino por donde caí aparatosamente, percibiendo que era mucha la altura, era un milagro aun sentir algo de vida, la caída fue tan veloz que no pensé que era desde tan arriba, si resbalé o me tumbaron da lo mismo; cuando inicié la escalada era toda una aventura, ir descubriendo el paisaje, el afán de conquista, sujetar con firmeza la roca caliza, impulsar el ascenso contra todo riesgo; sin tomar previsiones de seguridad, con libertad absoluta de explorar, insensatez de la confianza, sentir que la piedra te abraza y anima a seguir y sucede…

Faltando poco para llegar a la cúspide, la ráfaga que reclama la osadía, golpea bruscamente y te precipitas al abismo. Desde el inicio supe que era un reto esa cumbre, antes del ascenso ya preveía la caída y el dolor que causaría, pues mis alas estaban rotas de cumbres menos empinadas, hacía mucho no volaba alto. Aun así quise intentarlo, dije me arriesgo, sin arrepentimiento, con la duda si será mi última aventura, quizás esa duda fue augurio, el presentimiento de que no conquistaría la cima, parecía inalcanzable pero no me privaría de intentarlo, lograr un imposible, ¿qué mejor estímulo para arriesgarse? Pude ahorrarme el sufrimiento si hubiese actuado con cautela, con juicio, pero confié en mi alma mustia, en que nada me haría llorar y en efecto es un dolor sereno, sin lágrimas, el cuerpo casi inerte la sangre derrama internamente, creo reventado por el impacto; así descubro que no estaba seca. Mientras la gran roca inamovible ni siquiera abajo mira. Con las caricias del viento rápido olvida el roce de mis manos sobre su cuerpo árido, su frialdad niega mi existencia, mientras aun no soy consciente de si sobreviví o estoy en delirio de muerte. Desde el inicio era un suicidio, así que da lo mismo si fue intento de homicidio, no hay culpable, decidí mi suerte al amarte, sabiendo que era camino a una muerte segura.

AUTORA: YATZURY COLMENARES

Reminiscencias En Tinta

DERECHOS RESERVADOS