top of page
Publicar: Blog2_Post

LA MADUREZ

  • yatzurycf
  • 23 jul 2020
  • 3 Min. de lectura

Estos días he leído y he escuchado muchas cosas sobre las mujeres maduras, y me pasee por varios recuerdos en mi vida.

Recordé primero, cuando tenía como 20 años, alguien (una persona rígida consigo misma que no se permite ser espontánea por el qué dirán) me dijo: ¡Madura! “Ya tú no eres una carajita, ya tienes una hija” y yo (que siempre he sido atravesada para contestar) le dije: “¿y dónde dice que por tener una hija uno tenga que convertirse en una persona amargada, que no pueda reír y divertirse?”.

Mi segundo recuerdo, me llevó a un día de parque con mi hija, creo ella tendría como tres años y yo quería se montara en unas barras a jugar como todo niño de su edad; ella miraba a los lados como con pena y yo me monté en las barras para mostrarle cómo hacerlo. Mi sorpresa fue que mi hija se molestó porque ¡qué pena su mamá montada en un juego de niños!; hablé con ella y le expliqué, que me importaba un carajo lo que los demás pensarán, que ella y yo estábamos allí para divertirnos juntas y eso era lo que quería hacer con ella. Eso me llevó a otro día de parque, ya mi hija más grande, no sé quizás 7 años, (más clara de a quien tenía cómo mamá) yo me monté en la patineta a enseñarle a perder el miedo a lanzarse de pie (porque ella se lanzaba sentada) y un señor bastante mayor me miró con cara de asombro diciendo ¡señora!... y así vinieron a mi mente varios recuerdos donde terceros te dicen ¡Madura! Y uno los ve y entiende, que el Madurar de esos seres es muy similar al de las frutas: (a un paso de podrirse), es ser infeliz, matar el niño que todos tenemos dentro, dejar de reír, gritar, saltar, porque debes comportarte con una conducta “socialmente impuesta”. No digo que esté mal, lo que realmente está mal de ellos es juzgar a otro por un hecho en particular.

Para mí una persona madura es quien afronta sus pruebas con valentía, quien da la cara cuando se equivoca (sabe pedir disculpas o perdón si es necesario porque domina su ego), quien habla de frente con verdad aunque duela, quien no evade una responsabilidad, quien no oculta cosas, aquel que se expresa sin temor a que lo vean como débil o frágil (nadie es más valiente que aquel que exterioriza lo que siente sin miedo a si será aceptado o no por ello), quien tiende una mano (aunque sea la única mano que tenga) quien logra ponerse en el lugar del otro y trata de entender su postura, quien busca conocerse para poder mejorar aquello que lo aleja de los seres que le importan y no simplemente dice “yo soy así, quien me quiere me tiene que aceptar y punto”…

En fin, lo que trato de decir, es que cada quien tendrá su noción de lo que es madurez, como cada quien tiene su noción de cualquier tema; lo que es absurdo es pretender decirle a otro que es inmaduro porque tu concepto sobre ello es limitado. Si aprendiéramos a no prejuzgar al otro, la convivencia entre humanos no sería tan difícil…

La vida me ha enseñado que quien vive pendiente de no quedar mal ante los demás, termina enfermo y frustrado, la vida es para equivocarse, caerse y reírse de uno mismo; ser feliz es hacer lo que te gusta y lo que crees es correcto para ti… igual cuando mueras a la única persona a quien le preguntaras si lo hiciste bien es a ti mismo y así culmino con un último recuerdo: mi madre a pocos días de morir, teniendo a sus tres hijos alrededor de su cabecera dijo: “no lo hice tan mal porque ustedes están aquí”, a los días murió diciéndome “dile a todos que les mando mi bendición” para mí, murió en paz consigo misma y es lo único que deberíamos tratar de alcanzar.

AUTORA: YATZURY COLMENARES

DERECHOS RESERVADOS

ree

Entradas recientes

Ver todo

Comentarios


Formulario de suscripción

  • facebook
  • twitter
  • linkedin
  • facebook

©2020 por Reminiscencias En Tinta. Creada con Wix.com

bottom of page